Estoy pensando en el tiempo… en las cosas pasadas y en las cosas que vendrán. Estoy pensando en el control soberano de Dios sobre el tiempo y sobre todo lo demás. Es reconfortante saber que Dios tiene el control absoluto, no solo del “qué”, sino también del “cuándo”.
Eclesiastés 3:1 nos dice: “Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo” (NBLA). Los versos que siguen enumeran ejemplos conocidos de esas estaciones: “tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de llorar, y tiempo de reír”, y así sucesivamente (vv. 2, 4-8). El escritor también podría haber escrito: “tiempo de comenzar, y tiempo de terminar”.
El año que acaba de pasar fue desafiante, y el año que acaba de comenzar traerá sus propios desafíos. Todos los años lo hacen. El año pasado estuvo marcado por una maravillosa reunión de nuestro Concilio Ministerial de Norteamérica. Este año estará marcado por otra maravillosa Convención de la Conferencia General. (¿Ya ha reservado una habitación de hotel y se ha registrado para la convención? Consulte la página 4 para obtener más detalles).
El año pasado estuvo marcado por las preocupaciones con respecto a la transición en noviembre de 2023 del Congreso Ministerial Internacional a la Federación Internacional de la Iglesia de Dios (Séptimo Día). Este año, los miembros de la CG pueden tener la oportunidad en la convención de decidir si la CG sigue afiliada o no a la Federación Internacional.
El año pasado, durante la reunión del consejo de directores en febrero, el director ejecutivo Jody McCoy y yo dimos el aviso de que nos retiraremos de nuestros puestos actuales a partir del final de la Convención de la CG de 2025. Este año todos sabremos quiénes serán nuestros sucesores. (Por favor, bendíganlos con la misma garcia y apoyo amable y paciente que nos han brindado a Jody y a mí).
Un pastor leyó Eclesiastés 3:1-8, pensó en la vida y observó que el tiempo de Dios es soberano, el tiempo de Dios es estacional y el tiempo de Dios a menudo es sorprendente. Creo que ese pastor tiene razón. “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:16).
— Loren Stacy
Presidente de la CG